Disfunción sexual y problemas sexuales
Indice
Disfunción Sexual: Trastornos que implican la alteración, por inhibición o ausencia de la respuesta psicofisiológica esperada en cada fase de la conducta sexual (dificultades con la erección, por ejemplo).
La conducta sexual puede adquirir gran variedad de formas de expresión y ofrece un claro ejemplo de la influencia del ambiente en la persona, puesto que el contexto histórico, religioso, familiar, político y social suele tener un peso importante en forma de tabúes, mitos y tendencias en relación al “cómo debería ser” la sexualidad de una persona.
Como consecuencia observamos que la conducta sexual puede ser plenamente placentera y satisfactoria, o generar ansiedad y frustración incluyendo alguna disfunción sexual según la persona.
En la actualidad se consideran trastornos sexuales aquellos casos en que se experimenta un malestar en relación con la propia sexualidad, o cuando ésta provoca malestar en terceras personas. Se pueden clasificar en tres grandes grupos:
Fases de la respuesta sexual
Las fases que componen la respuesta sexual completa son las siguientes:
- Fase de deseo sexual: El individuo empieza a pensar en la posibilidad de mantener actividad sexual.
- Fase de excitación: Inicio de la actividad sexual, experimentación de placer y cambios fisiológicos, como la erección masculina o la lubricación femenina.
- Fase de meseta: Incremento del placer y de los cambios fisiológicos de la fase previa, al que se suma un aumento de la tasa cardíaca y respiratoria, presión arterial y tensión muscular.
- Fase de orgasmo: Punto máximo de placer sexual y liberación de la tensión sexual. Eyaculación del hombre y contracción rítmica de la pelvis en ambos sexos. Es también el punto máximo de los cambios fisiológicos mencionados en la meseta (presión arterial, tensión muscular, frecuencia respiratoria…).:
- Fase de resolución: Sensación de relajación y bienestar. Durante esta fase el hombre es refractario ante nuevas estimulaciones, en cambio la mujer puede responder prácticamente de inmediato.
Tipos de trastornos sexuales
Existen diferentes tipos de trastornos sexuales, según la fase en que se da la disfunción sexual y los síntomas que presentan:
- Ausencia y pérdida de deseo sexual (Deseo sexual hipoactivo)
- Rechazo sexual y ausencia de placer sexual
- Impulso sexual excesivo
- Fracaso de la respuesta genital
- Disfunción erectil
- Trastorno del interés/excitación sexual femenina
- Eyaculación precoz
- Trastorno orgásmico femenino
- Eyaculación retardada
Los otros dos grupos en que se clasifican los trastornos sexuales son los trastornos de la identidad sexual, y la parafilia.
Los trastornos de la identidad de género o sexual se dan cuando existe una disociación entre el sexo anatómico de la persona y su identidad de género y ello genera malestar. Se les conoce también como disforias de género, y pueden darse en la etapa infantil o adulta.
Los trastornos englobados en la parafilia se caracterizan por los estímulos sexuales que provocan la excitación, ya sea mediante fantasías recurrentes, impulsos o conductas. Los estímulos sexuales en la parafilia suelen ser objetos no humanos, la humillación/sufrimiento de uno mismo o la otra persona implicada, o terceras personas que no participan voluntariamente.
Conviene recordar que se consideran trastornos aquellos casos en que la relación de uno mismo con su sexualidad genera malestar, ya sea a la propia persona u a otras.
Tratamiento de la disfunción sexual
Los trastornos sexuales pueden venir dados por gran cantidad de motivos, culturales, interpersonales o por la historia previa personal. Estos motivos dan lugar a comportamientos, pensamientos y emociones que dan lugar a la disfunción sexual interfiriendo con una vida sexual plena y satisfactoria.
El tratamiento de los trastornos sexuales parte de una primera fase de aceptación del problema sexual, y clarificación de qué es importante para la persona de su vida sexual, qué tipo de persona quiere ser en esa faceta, y qué busca en el sexo. Pongamos un ejemplo con un hombre que tiene problemas de disfunción eréctil. Si cuando está con su pareja, su atención está enfocada en si va a repetirse o no su problema, difícilmente podrá disfrutar de la situación, de su pareja, de lo que hay de importante para él en el sexo, y lo más probable es que se repita la escena y no logre una erección.
Aceptar la disfunción sexual implica no prestarle atención al problema en el momento en que se encuentra con su pareja, centrarse en qué tipo de amante se quiere ser, qué hay acerca del compartir intimidad, diversión, o ser pasional (si estos fueran valores importantes para la persona), y centrarse en ello, en vivir la situación en el momento presente, prestando atención a lo que está pasando en vez de estar preocupándose por si se repetirá la disfunción, qué se pensará de él/ella, etcétera.
Así, se ayudará a la persona para que pueda tener mayor control de su atención y gestionar de manera distinta sus pensamientos y emociones, de modo que le permita disfrutar del momento aun en presencia de la disfunción. Se trabaja orientando el sexo hacia valores como los mencionados anteriormente (ser cariñoso, divertido, pasional…) en lugar de hacia metas concretas (penetración, por ejemplo).
Al mismo tiempo, se aplican técnicas conductuales para la modificación de conducta de modo que progresivamente la persona pueda ir revirtiendo la disfunción sexual, modificando las respuestas del organismo ante diferentes situaciones de modo que faciliten una respuesta sexual óptima.
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