Discusiones de pareja constantes: Causas, consecuencias y claves para no discutir 

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Las discusiones de pareja no son dañinas, siempre que se aborden desde el respeto y la empatía. El problema llega cuando, en la relación, hay discusiones de pareja constantes. Este hecho puede dañar considerablemente la relación hasta desgastarla y provocar la ruptura de la pareja.

Lo importante, como veremos a lo largo de este post, no es evitar discutir, sino aprender a hacerlo de una forma asertiva, siendo capaz de escuchar al otro y adoptando actitudes que inviten a la comunicación y al diálogo respetuoso.

La gestión de ciertas situaciones y conflictos en al relación hace que poco a poco las parejas entren en un campo de batalla del que les cuesta salir. Las discusiones de pareja constantes, los reproches y el tira y afloja se vuelven un hábito, que debemos desenredar para retomar una relación satisfactoria para ambos.

¿Las discusiones de pareja son malas?

En una relación surgen discusiones cuando se da una contraposición de intereses, de opiniones o de vivencias emocionales, lo que es muy normal, ya que las probabilidades de desencuentro suelen ser altas, sobre todo con las personas con las que compartimos un alto grado de intimidad.

Por lo tanto, las discusiones de pareja no son malas de por sí. Es más, existen estudios en los que se muestra que muchas veces parejas que discuten con cierta frecuencia duran más que otras que apenas discturen. El saber mostrar las preferencias de cada uno, llegar a acuerdos, negociar, marcar límites… Puede llevar a discusiones puntuales y al mismo tiempo ser muy positivo para la relación.

No necesariamente las discusiones de pareja son malas, siempre y cuando se realicen de manera respetuosa y constructiva. De hecho, según expertos en relaciones de pareja, es normal y saludable que existan diferencias de opinión y que se discutan abiertamente para llegar a un acuerdo y fortalecer la relación. Sin embargo, cuando la falta de respeto está presente en la discusión, esta puede dañar seriamente la relación.

Cómo detectar discusiones de pareja dañinas

Dicho lo anterior, es cierto que en ocasiones las discusiones no llevan a alguna parte, y lejos de mejorar el bienestar de la pareja, esta se ve perjudicada. Algunas señales de que las discusiones de pareja constantes están siendo un problema son las siguientes:

  • No dejar espacio para que cada uno exprese su punto de vista
  • Se va saltando de un tema de conflicto a otro, en lugar de centrarse en un único tema y resolverlo
  • En vez de hablar de hechos, se juzga y etiqueta al otro
  • Se infieren intenciones dañinas por parte de la otra persona
  • Dificultad para abrirse emocionalmente y compartir cómo se siente uno con lo sucedido
  • Centrarse en culpables y querer tener la razón, en lugar de ir a solucionar el conflicto

Detectar discusiones de pareja dañinas es crucial para mejorar tu relación. Detrás de las discusiones, a menudo hay problemas de pareja subyacentes que necesitan ser gestionados de manera efectiva. Si tienes conflictos de pareja o comienzas a sentir irritación o enojo durante las discusiones, es importante detener la discusión y buscar formas más saludables de resolver tus problemas de relación. Discutir con tu pareja no tiene por qué ser perjudicial siempre que se haga de manera efectiva y respetuosa. Así, puedes mejorar tu relación y crear un ambiente mucho más saludable y feliz.

Causas de las discusiones de pareja

Falta de Inteligencia Emocional

En la mayoría de los casos en los que se producen discusiones de pareja constantes problemáticas, suceden porque existe una falta de Inteligencia Emocional. Esto se traduce en carencia de empatía, no reconocer cuál es el momento para dejar de discutir, inflexibilidad en el momento de negociar, etc.

La incapacidad de discutir de una manera saludable y, por tanto, de llegar a un acuerdo, provoca que cada miembro de la pareja comience a rechazar el otro que, a su vez, lo percibe y asume una actitud defensiva que genera un bucle constante de falta de comunicación dentro de la pareja.

Querer cambiar al otro

En otros casos, vemos como los intentos de cambiar al otro, de llevarlo a nuestro terreno, generan gran parte de estas tensiones y vuelven las discusiones de pareja constantes. Esto puede suceder entorno a diferentes temas; qué planes de ocio hacer, qué familia visitar, educación con los hijos, cuánto tiempo pasar juntos

Querer cambiar al otro es algo que muchas parejas experimentan en momentos de desencuentros y conflictos. En la discusión de pareja es probable que las discusiones se centren en resolver conflictos pasados y presentes tratando de encontrar una solución. Sin embargo, tratar de cambiar al otro suele resultar en discusiones aún más intensas porque no se están empatizando con los sentimientos y necesidades del otro.

Es importante entender que cada persona es única y tiene su propia forma de pensar, sentir y actuar. En lugar de querer cambiar al otro, es recomendable que las parejas trabajen juntas para encontrar soluciones en común que les permitan superar los conflictos sin tener que cambiar su esencia como individuos. Así, se logrará un vínculo más sólido y una relación más saludable.

Conflictos del pasado sin resolver

En ocasiones las parejas atraviesan situaciones de conflicto o deben enfrentarse a crisis que pueden haber resultado dañinas para una o ambas partes de la relación. Cuando esto no se habla detenidamente, no se da un espacio a la expresión emocional y la oportunidad de explicarse y comprender, fácilmente esos problemas se enquistan.

A partir de entonces, muchas veces pueden darse discusiones de pareja constantes debatiendo sobre cosas aparentemente absurdas, como forma de presentar esos conflictos de los que no se quiere hablar.

Falta de comunicación

Hablábamos antes de lo importante que es la comunicación en una relación, mostrar las preferencias de cada uno, dar y recibir, compartir puntos de vista, etcétera. Incluso cuando eso puede generar alguna discusión, suele ser positivo, y desde luego mejor que la falta de comunicación.

Cuando por miedo a discutir no se muestran opiniones, se calla… La relación va cogiendo un camino cada vez más lejano del tipo de relación que nos gustaría haber construido, y cuando ese malestar se cronifica, fácilmente puede llevar a discusiones de pareja constantes fruto de la insatisfacción de cómo funciona la pareja.

Estos son algunos de los muchos factores que pueden entrar en juego. Lo importante es saber detectarlos y no dejar que los elementos negativos dominen nuestra relación.

Consecuencias de las crisis de pareja discusiones constantes

Una relación sumida en una pelea continua puede sufrir una gran variedad de consecuencias, tanto a nivel pareja como a nivel personal. Es importante prestar atención a los signos que nos pueden indicar que estamos ante una relación tóxica o que no está manejando bien las discusiones, para poderle poner solución cuanto antes y dejar de sufrir.

Distanciamiento

Es frecuente que cuando la relación acumula discusiones de pareja constantes, una o ambas partes de la relación dediquen cada vez más tiempo a estar alejado del otro/a. Llegar más tarde del trabajo, hacer más planes por su cuenta, o pasar más tiempo en el gimnasio pueden ser ejemplos de este distanciamiento.

Caída de los comportamientos deseables

Sumergidos en este clima de crispación, otra consecuencia es la bajada de comportamientos cariñosos, afectuosos hacia la pareja. Dejamos de hacer cosas que le gustan, de tenerle en cuenta, de esforzarnos para que se sienta a gusto a nuestro lado. Es decir, no solo incrementa lo negativo, sino que también se reduce lo agradable de la relación.

Abandono de la sexualidad

Las discusiones de pareja constantes suelen provocar fruto del distanciamiento problemas en la sexualidad. Muchas veces al sentirse desconectados emocionalmente la apetencia sexual se reduce considerablemente. En otros casos el rechazo al otro se utiliza como una arma más en el conflicto de la pareja.

Es cierto que algunas parejas tienen encuentros pasionales como método de reconciliación, pero es más común que la vida sexual de la pareja se vea reducida.

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Malestar psicológico a nivel individual

A nivel personal o individual puede causar daños en la autoestima, desmotivación, bajada en el rendimiento laboral o académico, ansiedad, depresión, agotamiento… Además de elevar el nivel de adrenalina y el ritmo cardíaco y provocar trastornos psicosomáticos u otras patologías graves.

Como ves, las consecuencias a nivel personal pueden ser muchas y muy variadas. Además, en ocasiones, las personas que sufren dichas consecuencias no se dan cuenta de que pueden ser a causa de las discusiones de pareja constantes que viven, por lo que les cuesta más buscarles una solución.

Cómo gestionar las discusiones de pareja constantes

Como hemos mencionado anteriormente, lo importante en una pareja no es no tener discusiones, sino discutir de una manera adecuada y ser capaces de resolver los problemas de una manera eficaz, respetuosa y desde el cariño.

Muchas personas piensan que las probabilidades de separación de una pareja están estrechamente relacionadas con la cantidad de discusiones que sufren. Sin embargo, lo importante no es la cantidad de discusiones que se producen sino cómo se manejan.

Por tanto, se podría decir que las parejas que se acaban separando no lo hacen porque tienen más discusiones que otras, sino porque no logran resolver sus conflictos y llegan a convertir esos puntos de desacuerdo en un motivo de disputa casi diario.

Para no tener que llegar a un punto tan negativo, te proponemos algunas ideas y técnicas que te pueden ayudar a mejorar la relación, buscar soluciones y evitar las discusiones de pareja constantes.

Uno de los principales factores que se deben cuidar es la paciencia, la empatía y la escucha. Estas actitudes resultan fundamentales para ser capaces de detectar cuál es la raíz del problema para atajarlo de manera eficaz y evitar el “efecto bola de nieve” en el que se van acumulando más problemas y reproches.

Además, es importante ser sincero contigo mismo y con tu pareja, dejando a un lado el orgullo y prestando atención a los sentimientos y emociones del otro para empezar a construir una relación más sana basada en la comunicación asertiva y el respeto.

Discutir mucho con tu pareja

Las discusiones de pareja constantes también se pueden frenar o evitar cuidando la relación: Propón planes conjuntos, favorece la expresión de las emociones, trabaja la aceptación, alegra la rutina del día a día… Pero, sobre todo, ten presente el amor y tómatelo con tranquilidad.

También puede resultarte interesante buscar ayuda profesional que os ayude y os guíe a encontrar la raíz de los problemas y os pueda ayudar a encontrar las mejores soluciones para vuestra relación, de tal manera que comencéis a vivir una vida más sana y libre de reproches.

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Joan Rullan Pou

Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.