¿Qué es y cómo se debe tratar la distimia?

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La distimia, según los sistemas de diagnóstico más utilizados en psicología como el DSM-V y el CIE-11, es uno de los principales trastornos depresivos que se describen.

A la hora de tratar la distimia necesitaremos operativizarla como un conjunto de comportamientos que se llevan a cabo en la vida diaria del individuo, alejándolo de la vida que quiere llevar y potenciando así su emoción de tristeza entre otras.

¿Qué es la distimia?

La distimia se caracteriza por un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, y de manera prolongada en el tiempo, con la presencia de al menos dos de los siguientes síntomas:

  • Falta de apetito o comer en exceso
  •  Insomnio o hipersomnia
  • Baja energía o fatiga
  • Baja autoestima
  • falta de concentración o dificultad para tomar decisiones
  • Sentimientos de desesperanza

Dicho esto, no existen dos personas iguales, y por lo tanto tampoco dos distimias iguales, y siempre deberá entenderse dentro de la historia personal de cada uno, lo que le hace sufrir y lo que desea para su vida.

¿Qué factores causan la distimia?

La aparición, el mantenimiento y la recaída de la distimia suelen ser causadas acontecimientos estresantes de la vida del individuo: El divorcio o la pérdida del trabajo, junto con la acumulación de múltiples factores de estrés, como problemas laborales, exigencias del hogar o problemas económicos entre otros.

También es muy común que los pacientes con distimia o conductas distímicas informen de historias infantiles traumáticas prolongadas. Los problemas interpersonales también predicen y caracterizan este tipo de conducta distímica. La pérdida y el escaso apoyo social dificultan superarla.

Las personas con conductas distímicas suelen participar en menos actividades e interacciones sociales, y muestran déficit en las habilidades sociales. Aún así, muchas personas con conductas de distimia no son capaces de identificar claramente problemas agudos o crónicos antes de su aparición.

En algunos casos parece que ésta se produce en ausencia de este tipo de problemas. Al igual que no todos los individuos que experimentan eventos antecedentes depresivos, se deprimen.

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Esta evidencia ha llevado a afirmar que la verdadera fuente de la distimia es la naturaleza de la interpretación de los acontecimientos por parte del individuo, más que los propios acontecimientos en sí mismos. Así, no sería lo que nos pasa, sino el cómo respondemos a ello, lo que puede facilitar que nos encontremos en una situación de distimia.

¿Qué mantiene la distimia?

Existe una gran relación entre la evitación y la distimia o conducta distímica. Los estilos de afrontamiento y resolución de problemas evitativos predicen futuros estados de ánimo depresivos, y la falta de remisión en la distimia.

La que más ayuda a su mantenimiento es la evitación experiencial (hacer y dejar de hacer cosas en base a evitar sentir tristeza, pesadez, desgana…), en forma de negación, rumiación, minimización, distracción cognitiva e intentos de escapar de la situación que provoca esa sensación.

Por ejemplo, la tristeza es una experiencia emocional que puede cumplir funciones adaptativas. Un individuo puede interpretar la tristeza como “algo malo” porque refleja la calidad de su vida (“debo estar haciendo algo mal”) o su valor (“la gente normal no se siente así, debe haber algo malo en mí”).

Esto puede causar ciertos comportamientos (“tiendo a beber cuando me siento mal“) o ausencia de ellos (“cuando me siento tan mal no puedo salir de la cama”). Estas afirmaciones pueden dar lugar a evitación y a la pérdida de reforzadores positivos. Así, una respuesta verbal a un sentimiento normal y adaptativo puede convertirse en desadaptativo e iniciar el ciclo de la distimia o conducta distímica.

¿Cómo se debe tratar la distimia?

Se han desarrollado varios tratamientos analíticos de la conducta para la distimia de entre los cuales está la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la cual no intenta cambiar los pensamientos negativos de los clientes para cambiar la distimia sino que se enfoca en la credibilidad o la fusión con estos.

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Terapia de Aceptación y Compromiso en distimia

Tratar la distimia desde ACT implica abordar la evitación experiencial, enfatizando que ésta es alimentada por un proceso verbal, gobernado por reglas. Dichas reglas pueden adoptar muchas formas, por ejemplo:

  • “No puedo soportar sentirme así”
  • “Tener sentimientos te hace débil y vulnerable”
  • “Necesito ser feliz”

El tratamiento para la distimia al mismo tiempo va dirigido hacia el camino de los valores, el propósito y el significado. Por lo tanto, su tratamiento no se centra en cambiar los síntomas angustiosos, sino en parar la lucha interna; a la vez de identificar valores y acciones con significado y comportarse de acuerdo a ellos, independientemente de la sintomatología, la cual irá cambiando una vez el individuo vaya acercándose a sus fuentes de significado vitales.

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Activación Conductual para tratar la distimia

También se utiliza el tratamiento de la Activación conductual para la distimia, dirigida a identificar y detener la evitación. Se centra sobre todo en identificar la rumia (exceso de dar vueltas a las cosas), la estrategia de evitación más común. En este tratamiento, se enseña a los pacientes a tomar conciencia de los desencadenantes internos y externos, las respuestas emocionales resultantes y patrones de evitación.

Tratar la distimia implicará también entrenar respuestas de afrontamiento alternativas y más eficaces. También incluye este tratamiento estrategias de resolución de problemas, entrenamiento en asertividad y habilidades sociales.

Psicoterapia Analítica Funcional

Por último mencionar el tratamiento de la Psicoterapia Analítica Funcional (FAP) para la distimia, la cual asume que las conductas problema pueden ser observadas y modificadas durante la consulta. Por lo tanto, la clave de su tratamiento es que el terapeuta moldee la conducta distímica del paciente durante la conversación clínica.

El comportamiento verbal del terapeuta tiene un efecto sobre las conductas objetivo, que son evaluadas y modificadas directamente. Las conductas problemáticas se producirán durante la sesión debido a las similitudes entre las cualidades del terapeuta, la terapia y el entorno terapéutico y las cualidades de los entornos que provocan y evocan las conductas problemáticas.

El objetivo del tratamiento de FAP es observar y evocar en la sesión instancias de las conductas objetivo y reforzar las respuestas más efectivas para el paciente y lo que busca en su vida.

Ante todo esto, para resolver la distimia o conductas distímicas es importante acudir a un centro de psicoterapia especializado en estas Terapias Basadas en la Evidencia para tener así un adecuado tratamiento.

En Activital psicólogo Madrid contamos con un equipo profesional formado en Terapias Contextuales, que nos permite tratar la distimia desde un modelo sólido y validado. Puedes consultar más información o llamarnos directamente al 611.02.79.72.

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Joan Rullan Pou

Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.