4 Mitos sobre el coaching en relación a la psicología
Hace unas pocas semanas comentamos algunas de las ideas básicas sobre la psicología y el coaching y de qué manera están vinculadas, concluyendo que el coaching formaría parte de un terreno más amplio que es la psicología, tanto a nivel teórico como práctico, si bien pueden haberse ido generando técnicas dentro del repertorio de un coach que resulten novedosas también para la psicología.
Por conversaciones y comentarios que hemos recibido a raíz de ello nos ha parecido interesante extender nuestro análisis a otras ideas comunes al hablar sobre coaching o psicología, y que consideramos 4 mitos sobre el coaching, o explicaciones sesgadas con que se explica frecuentemente.
4 mitos sobre el coach y el psicólogo:
Indice
- 1 4 mitos sobre el coach y el psicólogo:
- 1.1 “El coach no mira al pasado, mientras que el psicólogo sí”
- 1.2 “El psicólogo trata pacientes, el coach a clientes”
- 1.3 “El coaching está orientado a objetivos, a diferencia de la psicología”
- 1.4 “El coach ayuda a la persona mediante preguntas en una relación horizontal; el psicólogo da consejos y recomendaciones en una relación vertical o instructiva”
- 1.5 Conclusión
- El coach no mira al pasado, mientras que el psicólogo sí
- El psicólogo atiende pacientes, mientras que el coach a clientes
- El coaching está orientado a objetivos, a diferencia de la psicología
- El coach ayuda a la persona mediante preguntas a encontrar sus propias respuestas, en una relación horizontal mientras la relación con el psicólogo es más bien vertical e instructiva, dando el psicólogo consejos y recomendaciones.

“El coach no mira al pasado, mientras que el psicólogo sí”
Es cierto que hay modelos terapéuticos que se centran especialmente en el pasado tratando de solucionar algún conflicto no resuelto que la persona ha arrastrado hasta el presente y le está limitando. Y es igualmente cierto, que todo lo que hacemos a día de hoy está altamente determinado por nuestra historia personal de experiencias previas, y los eventos del pasado pueden manifestarse habitualmente en sesión tanto de coaching como psicoterapia, tal como se muestra en la imagen…
La gran mayoría de intervenciones terapéuticas hoy en día, como Terapia de Aceptación y Compromiso y otras terapias contextuales, parten del momento presente para actuar en él, hacia el futuro, y el pasado raramente es el foco de atención de la terapia. Se entiende que lo problemático del presente tiene sus orígenes en el pasado, pero el trabajo terapéutico se centra en cómo está funcionando ello en el presente, algo que también realiza un coach. Por lo tanto la distinción entre psicoterapia y coaching no se puede considerar válida en este sentido.
“El psicólogo trata pacientes, el coach a clientes”
A menudo se alega a la distinción argumentando que en psicología se trata con pacientes, que con paciencia, hacen lo que se les dice y esperan ser tratados pasivamente para cambiar, mientras que el coaching es un proceso activo en que es el cliente quien trabaja para lograr el cambio.
Consideramos esta terminología desacertada dado que, en ambos casos se trata de clientes, que pagan por un servicio, y en ninguno de los dos casos estos clientes tienen un planteamiento pasivo con el que se pretende explicar la palabra paciente. La implicación proactiva del cliente es fundamental en ambos casos para el éxito del proceso.
La distinción cliente-paciente puede tener también la intención de distinguir entre personas sanas o patológicas, cuando la evidencia opuesta a esta dicotomía es muy amplia a día de hoy. Las personas clasificadas en los dos grupos, son personas sujetas a las mismas leyes humanas, y la cuestión será qué están haciendo ante ciertas situaciones para obtener mayor o menor malestar, y mayor o menor rendimiento.
“El coaching está orientado a objetivos, a diferencia de la psicología”
Los procesos de cambio con un coach en su gran mayoría, empiezan con motivos de consulta relacionados con mejorar una faceta, habitualmente profesional, y para ello recurren a un cambio más profundo de tipo personal que facilite la adquisición de nuevas destrezas en el campo solicitado y extensible a muchos otros. Probablemente este sea el principal motivo de plantear que sí está orientada a objetivos, mientras que la psicología no. La Terapia de Aceptación y compromiso, por ejemplo, pone especial énfasis en lo que es valioso e importante para la persona, y las estrategias para alcanzarlo, de modo que trabaja plenamente orientada a objetivos. Además, la persona que acude al psicólogo está igualmente planteándose unos objetivos, tanto de cambio interno como de objetivos y metas a alcanzar más concretas. En ambos casos, se busca un cambio personal en una situación actual que permita a las personas llevar una vida más satisfactoria.
“El coach ayuda a la persona mediante preguntas en una relación horizontal; el psicólogo da consejos y recomendaciones en una relación vertical o instructiva”
En este caso, nos estamos refiriendo al estilo terapéutico con que se maneja la sesión, el cual, ni es así en todos los coach, ni en todos los psicólogos. Incluso habría motivos para decir que en función del cliente, puede ser más adecuado un tipo u otro de relación. El diálogo socrático está propuesto en la terapia cognitiva de Ellis, entre otras, donde este tipo de cuestiones se enmarcan en el tipo de relación terapéutica. En los últimos años se ha constatado la mayor implicación de las personas y facilidad del cambio cuando son ellas quienes buscan y encuentran las respuestas, dándole significado a lo que hacen, lo cual se aplica en cantidad de ámbitos como el empresarial, deportivo o educativo, en la gestión de equipos, e igualmente es cada vez más extendido tanto en la práctica de psicólogos como de un coach.
Conclusión
Como ya vimos la semana pasada, el coaching “toca hilos” dentro del tejido de la psicología, combinando un conjunto de aproximaciones y técnicas que muestran ser eficaces en diversas situaciones. La psicología aborda por lo tanto este campo de manera más amplia, lo cual no significa que todo psicólogo conozca el modelo y recursos que propone y aplica un coach.
Sí nos gustaría remarcar que consideramos altamente recomendable en caso de apostar por el coaching la elección de un coach con formación en psicología, pues la efectividad potencial de las técnicas utilizadas no reside en las técnicas por sí mismas, ni un proceso de psicoterapia o coaching consiste en la simple administración de dichas técnicas. Gran parte de la probabilidad de éxito está en otros elementos que pueden ir desde la alianza terapéutica a la comprensión de cómo funcionamos los humanos, qué le está pasando al cliente, y qué funciones tiene una técnica para saber en qué momentos puede ser útil aplicarla.
En este sentido, en su calidad de modelo terapéutico sería deseable que el coach tenga conocimientos de psicología para comprender mejor tanto al coachee como las técnicas que se aplican en coaching, para no dejar su eficacia en manos del azar.
Desde el punto de vista de Activital, consideramos importante la evidencia científica de por qué se hace lo que se hace, y a nuestro parecer las Terapias Contextuales son las más prometedoras por su íntima relación con los estudios de psicología básica. Nuestro criterio de validez científica puede ser igual de válido que cualquier otro y la finalidad de este artículo no es indicar si es mejor la psicología o el coaching, pues hay muchos psicólogos dentro de la psicología, y muchos coach dentro del coaching, así como muchos pacientes (o clientes) en consulta.
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Joan Rullan Pou
Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.
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