Las puertas de la introspección
Para culminar este ciclo de artículos que hemos venido realizando a lo largo de este mes de marzo sobre temas relacionados con la educación, esta semana hablaremos sobre un tema que íntimamente relacionado con todos los otros que hemos ido tratando, y que puede ser un factor diferenciador en el hecho de que todas las acciones que llevemos a cabo, tanto en lo que se refiere a educación emocional, inteligencia emocional o valores se refiere. Hablamos, ni más ni menos, sobre el enseñar la capacidad de introspección.
Y muchos os preguntaréis; ¿qué es exactamente la capacidad de introspección? Pues bien, la introspección no es nada más (ni nada menos) que la observación que una persona hace de su propia conciencia (incluyendo sus eventos privados, como podrían ser sus estados de ánimo, sensaciones o recuerdos) con el objetivo de realizar una reflexión sobre ellos.
¿Y porqué puede resultar tan importante en la educación de nuestros niños y niñas? Pues porque muchas veces, la capacidad que tengan éstos de poderse pensar, de poder reflexionar sobre lo que les esta pasando, tanto en su mundo interior como exterior, será el camino que les permitirá empaparse de todas esas experiencias y prácticas que relatábamos en artículos anteriores y que repercutirán en su aprendizaje emocional, moral y vivencial.
Tal y como hemos ido dejando claro a lo largo de este mes, la sociedad actual no se preocupa porque las personas que la integran posean un buen repertorio de capacidades y habilidades personales, que les permitan desenvolverse correctamente en dicha sociedad. Pues si así fuera, el nivel de consumo en todos los ámbitos bajaría de manera significativa.
Este hecho conlleva el que el trabajo orientado hacia el autoconocimiento, la autoobservación y la capacidad de introspección, sea prácticamente nulo en la mayoría de los ámbitos. El poder responder la simple pregunta de; ¿cómo te encuentras? con una respuesta reflexionada, elaborada en base a la observación de todo lo que conforma nuestro ser, teniendo en cuenta los diferentes eventos privados que estemos experimentando, debería ser de obligación mundial. Y en nosotros recae la responsabilidad de que las niñas y niños de hoy, puedan hacerlo en un futuro.
Así que en el presente artículo os proponemos algunas estrategias y ejercicios que podéis plantear y utilizar para ayudar a desarrollar esta capacidad, tan necesaria en la vida adulta (obviamente también las puedes realizar tu para ayudar a trabajar tu propia capacidad de introspección; ya que sabemos que no podemos pedirle a los más pequeños cosas que nosotros mismos no podemos realizar)
5 Ejercicios para practicar la Introspección
Indice
1. Prácticas sensoriales
Todos los juegos y actividades que podamos idear y que vayan orientados a la práctica y uso consciente de nuestros sentidos, ayudará a crear ese espacio de reflexión interno que da cabida a la introspección. Con el sentido del oído por ejemplo, podemos proponer un divertido ejercicio en el que jugaremos a ser detectives; la idea es que nos pongamos justo detrás de nuestro aprendiz de detective y hagamos sonar diferentes objetos (éstos pueden haber sido escogidos de mutuo acuerdo, o directamente escogidos por nosotros mismos, aumentando así la dificultad). Ellos tendrán que identificar cada sonido, con el objeto que lo emite. Podemos hacerlo las veces necesarias hasta que acierten todos los objetos, ir cambiando de objetos o incluso cambiar el rol. Una vez tenga dominada esta primera fase del juego, podemos complicarlo haciendo uso de las nuevas tecnologías, buscando sonidos grabados, aumentando o disminuyendo el volumen.. al final lo que se busca es ejercitar los sentidos de una manera diferente y divertida. Podríamos realizar el mismo ejercicio con el tacto (ojos tapados, diferentes objetos que pasan por las manos) e incluso con el gusto, aunque esto último tal vez sea un poco más complicado.
2. ¿Qué tiempo hace hoy?
Esta estrategia tal vez podría haber salido en alguno de los artículos anteriores, pues es una muy buena estrategia para trabajar la educación e inteligencia emocional. Se basa en la idea de que nuestros estados emocionales son fluctuables e incontrolables, como el estado del tiempo meteorológico, y que nosotros no podemos hacer nada para cambiarlos (al igual que con el tiempo), pero si que podemos escoger que podemos hacer con dicho estado.
El ejercicio pues, constaría de dos partes; la primera, orientada a detección de estados emocionales, vendría marcada por el hecho previo de establecer un código que nos permita identificar como nos sentimos. Siguiendo la metáfora del parte meteorológico, podríamos establecer que un día soleado hace referencia a sentirnos alegre, un día lluvioso a sentirnos tristes y un día tormentoso, a sentirnos enfadados. La segunda parte del ejercicio, y tal vez la más difícil, pasa por explicar detalladamente que el hecho de sentir dichas emociones no tiene porqué ser malo, ya que existen tanto días lluviosos como soleados o tormentosos, y eso no lo podremos cambiar. Pero lo que si podemos hacer es escoger si delante de un día lluvioso nos quedamos en casa mirando una peli, o salimos al parque a jugar bajo la lluvia.
3. El globo
La técnica del globo es una técnica que se utiliza principalmente para la relajación, en la que le pedimos al niño o niña que se imagine que tiene un globo en su estomago. A continuación le explicamos, que tal y como todos los globos del mundo, el nuestro se puede inflar o desinflar….pero, ¿qué pasa si lo inflamos demasiado? Pues que al final acaba explotando. !Y no queremos que explote! Así que lo que haremos será concentrarnos en nuestra respiración, y haremos inspiraciones profundas (hasta que el globo este bien hinchado) y expiraciones bien profundas (hasta que no quede nada de aire en el globo). Para que sea más gráfico podemos poner las manos o cualquier objeto encima del estomago, para que observen como sube y baja al ritmo de la respiración.
Este ejercicio tiene diferentes objetivos, pero en relación al tema de la introspección, ayuda a los infantes a focalizar su atención en un proceso automático, que normalmente pasa desapercibido, y les da herramientas para utilizarlo en pos de alcanzar un estado emocional deseado (con lo que implica el notar cuando pasamos de estar nerviosos o angustiados, a estar tranquilos o en calma). Así que cumple una doble (o triple) función.
4. Redescubre lo cotidiano
Una parte importante de la capacidad de introspección pasa por ser receptivo hacia los cambios, no quedarse anclado en automatismo y rutinas. Y una buena manera de practicarlo, es plantearse el (re) descubrimiento de los sitios que nos envuelven. Mirando nuestro entorno y buscando aquellos detalles que no hemos visto, desde una mirada curiosa y predispuesta a la sorpresa, nos conectará con esa parte observadora de nosotros mismos que potencia la introspección.
De hecho, este juego puede ser de igual utilidad para un adulto, que para un niño. La actividad consiste en realizar un cambio de perspectiva para descubrir cosas nuevas en aquellos entornos habituales de nuestras vidas; una manera de “venderlo” sería el decir que nos vamos de aventura, a explorar los confines del parque de abajo de casa. Y al bajar deberíamos focalizar nuestra atención y pedirle a nuestro explorador insignia que se centrase en buscar todas aquellas cosas que nunca antes había visto. Seguramente, tanto el adulto como el infante, acabarán dándose cuenta de diversos aspectos que o bien habían pasado desapercibidos o bien ya no tenían tanta importancia en su realidad cotidiana en ese espacio. Este ejercicio en concreto, se basa principalmente en la actitud. Si tenemos una actitud entusiasta y realmente podemos transmitir esa actitud de ilusión por descubrir lo desconocido en lo conocido a nuestros acompañantes, de bien seguro que pasaremos un buen rato descubriendo cosas que nunca habríamos creído que podían estar allí.
5. Crea hábitos
Como todo en esta vida, el que una persona se habitúe a poder hacer uso de esa capacidad de auto observación que es la introspección, pasará por el hecho de que más o menos se cree el hábito de utilizarla. Y, ademas de los ejercicios arriba descritos, la mejor manera para instaurar dicho hábito es mediante preguntas.
Es decir, lo que hará que delante de un problema, sea del tipo que sea, un niño, una adolescente o una persona adulta puedan mirarse a si mismos y hacer uso de esa información sobre su estado consciente para resolverlo, pasará por el hecho de que sus padres, a lo largo de su desarrollo evolutivo, les preguntaran (cada vez que tuvieran un problema): ¿y tu, como te sientes al respecto? ¿Crees que has hecho todo lo que esta en tu mano? ¿Puedes hacer más? ¿Has pensado sobre…?
En este sentido, una buena actividad que se podría plantear, es la llamada técnica del espejo , donde situaremos al niño o a la niña delante de un espejo, y le plantearemos preguntas del tipo:
- ¿Qué ves en el espejo?
- ¿Cómo es la persona que te mira desde el espejo?
- ¿Lo conoces?
- ¿Qué cosas buenas tiene esa persona?
- ¿Qué cosas malas tiene quien te mira desde el espejo?
- ¿Qué es lo que más te gusta de esa persona?
- ¿Cambiarías algo de la persona del espejo?
Estas preguntas van orientadas a trabajar el autoconcepto, muy ligado también con la capacidad de introspección, y es una buena manera de empezar a enseñar a que “se piensen” ellos mismos.
En definitiva, poder dedicarle tiempo a nuestras hijas e hijos para ayudarles a resolver (que no resolverles) los problemas y dificultades por los que van pasando es una de nuestras más importantes obligaciones. El poderles referenciar a buscar tanto las soluciones como el posible origen (en parte) de sus problemas en cómo ellos han gestionado y gestionan sus diferentes eventos internos, y acostumbrándolos a interactuar con los mismos (para que ellos puedan tenerlos presentes en su toma de decisiones, a lo ancho y largo de sus vidas) es uno de los mejores regalos que como padres y madres, podremos realizar.

Joan Rullan Pou
Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.
Excelente.