Relación entre la ansiedad y la hipocondría
La ansiedad e hipocondría están relacionadas con el miedo y la preocupación y pueden afectar, en gran medida, tanto a la salud mental como física de la persona.
Sentir ansiedad es normal, forma parte de la experiencia humana y no es un problema por sí mismo. Sin embargo, hay situaciones en las que estos miedos dominan en exceso a la persona, influyendo negativamente en su calidad de vida.
Es entonces cuando sería conveniente contactar con un psicólogo experto en ansiedad, con quien poder encontrar maneras de relacionarse para que la angustia y los miedos no limiten nuestras vidas.
Ansiedad en personas hipocondriacas
Indice
La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural del organismo que nos prepara para enfrentarnos a posibles amenazas, activando nuestro cuerpo para maximizar el rendimiento.
Sin embargo, cuando la ansiedad es desproporcionada, aparece ante un peligro irreal o produce sufrimiento, se trata de una ansiedad desadaptativa, que genera un malestar significativo en la vida de las personas.
Ante este tipo de ansiedad, la persona puede experimentar tanto síntomas psicológicos, como pensamientos negativos, preocupación constante, dificultad para concentrarse, etc., como síntomas físicos; taquicardia, dificultad para respirar, tensión muscular, etc.
¿Qué es la hipocondría?
Por su parte, la hipocondría consiste en una preocupación constante por la propia salud, por el cuerpo y sus funciones vitales, y un temor por desarrollar enfermedades o por padecerlas.
La persona con hipocondría puede, incluso, tener la convicción de que presenta una enfermedad a partir de la interpretación personal de algunas sensaciones corporales, sin que ello sea cierto.
La hipocondría se dispara a través de la interpretación catastrófica por parte de la persona de los signos corporales, ya que está totalmente centrada en sus dolores y se alerta ante cualquier señal de su cuerpo.
Además, el miedo al dolor hace que la persona afectada busque en su cuerpo cualquier indicio de que puede haber dolor, para evitar que llegue a más.
Cuando el miedo a enfermar se vuelve un problema
De este modo, si encuentran la más mínima señal, se disparan todas las alarmas, ya que reinterpretan signos o señales de su cuerpo como síntomas de una enfermedad. Y aparecen sensaciones de angustia, preocupación y ansiedad, que causan un gran malestar y provocan que aumente el dolor.
Los hipocondríacos sienten el dolor de manera real e, incluso, llegan a desarrollar síntomas reales, lo que hace que confirmen sus preocupaciones y temores.
Además, las personas con hipocondría muestran una tendencia a presentar más síntomas físicos difusos, y que no implican respuestas de activación, que aquellos que implican respuestas de activación. Es decir, presentan más síntomas músculo-esqueléticos que taquicardias, náuseas, etc.
Habitualmente, también asumen el rol de enfermo y centran la mayor parte de su vida en la vivencia de estar enfermo, con el sufrimiento que ello conlleva.
De este modo, la preocupación por la enfermedad se convierte en una característica central en la vida de la persona. Y esto provoca un estado de angustia e inquietud, que genera gran malestar y que puede llegar a interferir en su vida social, familiar y personal.
Tipos de hipocondría
El modelo explicativo más aceptado señala la existencia de dos tipos de hipocondría:
Convicción de enfermedad
La característica central de este tipo de hipocondría, se basa en el miedo a los síntomas corporales y a la diversidad de enfermedades. Se manifiesta a través de la convicción del padecimiento de dichos síntomas y enfermedades, llegando a desconfiar de pruebas médicas que dicen lo contrario.
Fobia a la enfermedad
Este tipo de hipocondría, se caracteriza por el miedo focalizado en un síntoma o enfermedad única, manifestándose con cierta obsesión por el padecimiento de una enfermedad concreta.
Relación entre ansiedad e hipocondría
La ansiedad y la hipocondría están relacionadas, ya que, por un lado, las personas que presentan hipocondría exhiben niveles elevados de ansiedad y, por otro lado, lo cierto es que hay una alta comorbilidad entre ambas.
En concreto, existe una vinculación de la hipocondría con el trastorno obsesivo-compulsivo, con el trastorno de ansiedad generalizada, y con el trastorno de pánico. Todos ellos considerados trastornos de ansiedad.
Además, la hipocondría puede considerarse una vertiente de la ansiedad, puede ser la causa de la ansiedad y viceversa. Y la ansiedad puede desembocar en hipocondría.
La ansiedad como causa de la hipocondría
Muchas personas con ansiedad presentan un gran temor o preocupación por la muerte. Este miedo es normal y es lo que dota de valor a la vida.
Sin embargo, cuando este miedo es desproporcionado e interfiere en el funcionamiento cotidiano de la persona, preocupándose excesivamente por el padecimiento de alguna enfermedad, puede desencadenar en respuestas hipocondríacas. Algo muy similar a lo que sucede en los problemas de ansiedad anticipatoria.
Además, la preocupación y el estado de ánimo negativo hacen que la persona se focalice más en ella misma, y en los aspectos negativos de la vida, e interprete sensaciones neutras como señales de peligro. De esta manera, las expectativas de padecer una enfermedad se vuelven más catastrofistas.
La hipocondría como causa de la ansiedad
Las personas que presentan hipocondría pueden sentirse muy incomprendidas, ya que suelen visitar a varios profesionales en búsqueda de la confirmación de sus creencias. Pero nunca consiguen obtener dicha confirmación.
Es mas, existe la posibilidad de que algunos de estos profesionales, tras revisar su historia, les informen de que presentan una alteración psicológica, y no física, lo que les puede generar mucha frustración y desorientación.
Al sentir la impotencia de no encontrar una respuesta convincente, con respecto a la experimentación de sus síntomas, la hipocondría puede causar sentimientos de angustia y miedo, que acaben desembocando en una respuesta de ansiedad.
Conclusión
Como se ha podido ver, ansiedad e hipocondría están relacionas y presentan varios aspectos en común. Ambas presentan tanto síntomas físicos como psicológicos, pueden actuar como causa de la otra, y provocan un malestar significativo en la vida de las personas, interfiriendo en su día a día.
El hecho de que estén tan relacionadas pone de relieve la importancia de cómo respondemos ante nuestros propios miedos, sensaciones desagradables y pensamientos atemorizantes. Y es ahí donde se pone la atención a la hora de tratar la hipocondría con terapia psicológica.
Puedes contar con un psicólogo en Madrid, pedir información, o solicitar una primera consulta con un profesional, a través del teléfono 611 02 79 72 o en info@activital.es.

Joan Rullan Pou
Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.