Técnicas de autocontrol para niños
Las técnicas de autocontrol para niños son, al fin y al cabo, maneras de ayudar a los más pequeños de la casa a responder de manera eficaz y respetuosa a su entorno.
Para muchos padres y madres puede ser desesperante ver cómo, por más buenas intenciones y más paciencia que tengan, así como del empeño que pongan, no logran reducir o mejorar el comportamiento del niño.
Cuando estudiamos el comportamiento, vemos muchos fenómenos que pueden ser contraintuitivos y sorprendentes, por lo que en ocasiones haciendo lo que parece “correcto” podemos estar yendo en la dirección equivocada.
Con este artículo, queremos explicarte los procesos de base, para que puedas conocer mejor en qué consisten los problemas de autocontrol en niños, qué técnicas de autocontrol para niños pueden funcionar mejor, y qué otras pueden ser contraproducentes.
Problemas de autocontrol en niños
Indice
La falta de autocontrol en niños no es muy diferente de los problemas de impulsividad en la población adulta. Se trata de aquellos comportamientos que hacemos dejándonos llevar por lo que pensamos o sentimos en un momento dado, y que resulta perjudicial para uno mismo y/o los demás. Existen tres factores básicos que pueden explicar este tipo de conducta, y tres tipos de técnicas, respectivamente, para lidiar con ellos.
Técnicas de autocontrol en niños con emociones intensas
Como adulto sabrás que, en ocasiones, puede ser difícil mandar sobre lo que pensamos y sentimos. Muchas veces dejamos que nuestras emociones influyan de forma excesiva sobre nuestro comportamiento y, justamente, una parte importante del autocontrol consiste en aprender a actuar mandando nosotros, y no al revés.
Por tanto, la educación emocional infantil es muy importante.
¿Qué no debemos hacer?
Todos hemos escuchado de pequeños, y dicho como adultos, frases orientadas al autocontrol cómo: “no te enfades”, o “no tengas miedo”… Y estas afirmaciones son contraproducentes, por al menos dos motivos:
- Da a entender que hay emociones buenas y malas. Teniendo en cuenta que todas ellas son normales y las vamos a sentir, dificulta nuestra convivencia con esa parte de nosotros que siente lo que nos dicen que está “mal”.
- Damos a entender que el niño puede controlar su enfado, su miedo, sus emociones en definitiva, cuando las emociones son respuestas involuntarias. Es decir, sería como pedirle que baje su frecuencia cardiaca.
¿Qué sí podemos hacer?
Dado que las emociones son en gran parte incontrolables, no es ahí dónde tenemos que poner el foco, sino moverlo al “qué hacer con mis emociones”. Es en el “cómo responder a lo que siento”, donde un niño sí tiene capacidad de elegir, como cualquier otra persona.
En este sentido, será deseable validar la emoción del niño, darle el visto bueno sea cual sea, y llevar la atención al cómo responder a ello. El niño no elige, ni podemos evitar que sienta enfado. Hay que poner la atención en qué cosas se pueden hacer, y qué otras no, como las rabietas y comportamientos agresivos.
Un ejemplo de técnica de autocontrol, en este sentido, puede ser la de enseñarles a poner distancia entre él y sus emociones.
Comportamientos cortoplacistas en niños
En ocasiones los problemas de autocontrol infantil pueden explicarse como situaciones en que los niños priorizan el corto plazo al medio/largo plazo. Así, prefieren hacer lo que les viene mejor ahora, aún sabiendo que después esto puede ser problemático para ellos. Ejemplos de este tipo:
- No ir al baño por seguir jugando en el recreo
- Comer demasiados dulces sabiendo que luego no le quedará ninguno
- Ver los dibujos en lugar de hacer los deberes
- No prestar atención en clase, o hablar o moverse cuando no se puede
Un niño que realiza comportamientos de este tipo necesita aprender a esperar, a que a veces es mejor hacer las cosas atendiendo al medio y largo plazo, es decir, a quedarse con las ganas en según que momentos.
Una técnica de autocontrol para estos niños, es que los padres promuevan aprendizajes en los que esperar, tener paciencia, posponer algo gratificante, sea luego recompensado.
Comportamientos impulsivos en niños que “funcionan”
Buena parte de los comportamientos impulsivos de los niños se mantienen debido a que estos consiguen lo que quieren cuando actúan así.
Todo comportamiento si se da, es que está sirviendo para algo. Una buena pregunta que nos podemos hacer ante cualquier comportamiento problemático es: ¿qué consigue con ello?
Muchas veces, en la consulta, vemos que los padres comentan cosas como: “ya sé que no es bueno hacerlo pero…”, y este tipo de situación suele ser la que mantiene el problema. Ser la madre o padre que quieres ser, sin duda es un gran desafío.
En ocasiones, por no sentir miedo, tener la fiesta en paz, o no ver a un hijo triste, se pueden acabar haciendo cosas que no son las adecuadas. El problema se da cuando, por ejemplo, el niño tiene una rabieta y los padres ceden porque están cansados y no quieren lidiar con el problema. Lo que está aprendiendo el niño es que la rabieta funciona para conseguir lo que quiere.
En este sentido, mantenerse en lo dicho, aplicar las consecuencias que se dicen, y seguir los principios de refuerzo y castigo de manera adecuada, será fundamental para redirigir esas conductas.
Ejemplos de técnicas de autocontrol en niños
1- Poner diferentes pelotas en un cuenco, llamar a cada una como una emoción, y darnos cuenta de que nosotros somos el cuenco entero, no una emoción o la otra. Que somos más grandes que nuestras emociones, y mandamos nosotros, los niños.
2- Ponerle un nombre a su emoción más problemática, por ejemplo, llamar “Pepe” al enfado. Esto servirá para que el niño o la niña pueda identificar el enfado, y al ponerle nombre, poder verlo con perspectiva, como algo distinto a “yo”.
3- Hablar de qué cosas hace el niño cuando se presenta “Pepe”: rabietas, actitud desafiante y/o negativista… Y ver juntos si es buen consejero o no “Pepe”, y qué puede hacer cuando esté, que sirva para mostrar su enfado de mejor manera.
4- Habituar al niño a hacer los deberes antes de jugar, y permitirle jugar a algo más atractivo para él si lo hace en ese orden.
5- Pedirle que os acompañe en las colas (comprar entradas al cine, para pedir una pizza…) Dándole experiencias donde hay que esperar para conseguir lo que queremos.
6- Jugando con ellos, representar cómo un superhéroe actúa de una manera admirable, al actuar según el valor que queremos promover, y no en base a su enfado.
7- Enseñarle a contar hasta diez. No para que se marche la sensación, sino para aprender a responder a esa situación, con la conducta de contar como alternativa a la agresividad.
Saber las técnicas de autocontrol infantil puede ser mas que suficiente pero, en muchas ocasiones, puede ser necesaria la intervención de un psicólogo infantil. Si necesitas ayuda profesional, puedes consultar nuestros precios de atención psicológica o contactarnos en el 611.02.79.72 o info@activital.es.

Joan Rullan Pou
Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.