Aceptación y compromiso como terapia de tercera generación

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¿Psicólogos de tercera generación?¿Qué es la Terapia de Aceptación y Compromiso? ¿Qué son las terapias de tercera ola o terapias de tercera generación? Evolución del Conductismo a las Terapias Cognitivo-conductuales y hasta las Terapias Contextuales

La terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) es la más extendida de las denominadas Terapias de tercera generación, entre las que se incluyen también la Psicoterapia Analítico Funcional (FAP), Terapia Conductual Dialéctica (TCD), Terapia Integral de Pareja (TIP) o Terapia de Activación Conductual para la depresión (BA), así como diferentes terapias que incorporan principios y técnicas de Atención Plena o Mindfulness. Hayes (2004), distingue entre 3 generaciones o “olas” de psicoterapia.

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Steven C. Hayes. Psicólogo desarrollador de la Teoría de los Marcos Relacionales y la Terapia de Aceptación y Compromiso.

1. Terapias de primera generación: Conductismo o terapias de conducta

Basadas en las aportaciones científicas de autores como Skinner, Pavlov o Watson, estas terapias se postulan en los años 50 como alternativa al psicoanálisis predominante en la época, contando con un sólido respaldo empírico al aplicar principios y leyes del comportamiento obtenidas mediante metodología científica, las cuales se incorporan al trabajo clínico. La aparición de esta modalidad de terapia otorgó mayor rigor al tratamiento psicológico y se mostró especialmente efectiva en el abordaje de ciertos problemas conductuales, promoviendo métodos exitosos como la desensibilización sistemática en el trabajo con fobias. Si bien en ciertas áreas tuvo como se expone amplia aceptación y éxito clínico, hubo otros ámbitos de actuación relacionados con problemas frutos del pensamiento u otras experiencias privadas no accesibles directamente en qué las intervenciones no lograron mostrar su eficacia, dejando en evidencia la necesidad de un mayor desarrollo tanto en investigación como en la práctica clínica, dando lugar a la conocida como Revolución Cognitiva que daría lugar a la segunda generación de terapias. La idea subyacente a esta primera ola es que la conducta no funcional o adaptativa puede modificarse directamente mediante procesos de condicionamiento clásico u operante.

2. Terapias de segunda generación: Revolución cognitiva y modelo cognitivo-conductual

A lo largo de los años 70 surge así un nuevo modelo de entender y aplicar la psicología, dando lugar a las terapias cognitivo-conductuales. Esta nueva perspectiva parte de la idea de que los diferentes problemas psicológicos tienen su origen en pensamientos distorsionados, esquemas mentales o creencias desajustadas que afectan a la manera en que uno se ve a sí mismo y el entorno. De este modo, se plantea que la intervención debe dirigirse hacia lograr cambios cognitivos internos que conlleven a una forma más funcional de interpretar la realidad pudiendo con ello influir en el sufrimiento psicológico y la conducta objetivo. Se trata del modelo de intervenciones psicológicas más comúnmente aceptado a día de hoy, destacando entre ellas la Terapia cognitiva de Beck o la Terapia Racional-Emocional de Ellis, y habiendo demostrado su eficacia en numerosos campos de actuación. Sin embargo, la segunda ola ha sido cuestionada también por diferentes motivos, como su escasa capacidad de justificación desde la psicología básica, o el hecho de que buena parte de las técnicas utilizadas siguen siendo de la primera generación, sin haber logrado demostrar una mayor tasa de éxito al incorporar elementos cognitivos. Otro elemento destacable es la evidencia de que en ciertos problemas psicológicos, el enfoque centrado en el pensamiento puede ser incluso contraproducente. Así, de nuevo asoma la necesidad de una mejor comprensión de los fenómenos psicológicos tanto en investigación como en su práctica clínica, necesidad que coincide con un auge en los estudios sobre pensamiento, aprendizaje y lenguaje en los laboratorios de psicología básica, que culmina, para lo que es relevante en este texto, con la Teoría de los Marcos Relacionales (TMR). La idea subyacente en las terapias de segunda generación se puede sintetizar en que la conducta problemática es consecuencia de un pensamiento distorsionado, que una vez se modifique generará conductas más deseables.

3. Terapias de tercera generación: Terapias contextuales

La aparición de las terapias de tercera generación, también llamadas “terapias contextuales cognitivo-conductuales” se puede explicar cómo extensión o reformulación de sus antecesoras, fruto de nuevos avances en psicología básica que plantean nuevas formas de abordar la condición humana, concretamente en el plano cognitivo-conductual. Conviene destacar que “tercera generación” se trata de un término que pretende agrupar una variedad de formas de entender y hacer psicoterapia, con planteamientos y metodologías más o menos diferenciados entre sí, si bien comparten premisas que suponen cambios notorios. El propio Steven C. Hayes, coautor de la Teoría de los Marcos Relacionales y uno de los principales responsables del desarrollo de las terapias contextuales, describe las terapias de 3a generación de la siguiente manera:

 

 Fundamentada en una aproximación empírica y enfocada en los principios del aprendizaje, la tercera ola de terapias cognitivas y conductuales es particularmente sensible al contexto y a las funciones de los fenómenos psicológicos, y no sólo a la forma, enfatizando el uso de estrategias de cambio basadas en la experiencia y en el contexto además de otras más directas y didácticas. Estos tratamientos tienden a buscar la construcción de repertorios amplios, flexibles y efectivos en lugar de tender a la eliminación de los problemas claramente definidos, resaltando cuestiones que son relevantes tanto para el clínico como para el cliente. La tercera ola reformula y sintetiza las generaciones previas de las terapia cognitivas y conductuales y las conduce hacia cuestiones, asuntos y dominios previa y principalmente dirigidos por otras tradiciones, a la espera de mejorar tanto la comprensión como los resultados.

 

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Recogiendo las palabras de Hayes, podemos concluir que la Terapia de Aceptación y Compromiso cuenta con los siguientes rasgos característicos:

Se trata de una terapia contextual; la conducta o evento objeto de estudio / intervención se entiende como un todo dentro de un contexto determinado, desde una visión holística. Dicha conducta o evento no podría entenderse fuera del contexto en el cual se encuentra. Al hablar de contexto nos referimos a:

  • Contexto presente: Condiciones en que se encuentra la persona que ejecuta dicha conducta.
  • Contexto histórico: Condiciones en las que se ha aprendido/desarrollado la conducta en cuestión.

Dentro del Contextualismo, La terapia de Aceptación y Compromiso se ubica dentro del Contextualismo Funcional, lo cual le confiere un enfoque pragmático en el que los criterios de validez se centrarán en si la conducta o evento es funcional, es decir, si funciona o no para los propósitos de la persona. En otras palabras, toda conducta tiene una función, ya sea lograr X o evitar Y, dentro de un contexto. Las implicaciones de esta perspectiva en sesión implica analizar la conducta en cuanto a su función, y no por su topografía. Así, no se centrará en el síntoma concreto que presenta el cliente, y la forma de ese síntoma, sino en qué función está asumiendo dicho síntoma, y si acerca o aleja la persona de sus objetivos vitales.

La conceptualización del  trastorno en ACT es de nuevo un elemento diferencial que juega un papel importante a la hora de ofrecer ayuda psicológica. En congruencia con la investigación y el posicionamiento Contextual – Funcional, no se ubican los problemas psicológicos como algo interno de la persona, ajeno al exterior, si no que se atienden como conductas aprendidas como funcionales dentro de un contexto, situación, circunstancias personales concretas. A menudo la cuestión suele girar alrededor de qué función y para qué objetivo, está dándose esa conducta.

Seguimos leyendo las palabras de Hayes y reconocemos otro elemento distintivo de ACT, el foco en que se centra la atención psicológica. La gran mayoría de perspectivas terapéuticas, así como las demandas de clientes giran en torno a un/os síntoma/s a erradicar para poder seguir con la vida deseada, de modo que la terapia se focalizará en la eliminación de los síntomas en cuestión.

Flexibilidad psicológica como alternativa a la evitación experiencial

Con la Aceptación sin embargo, lo que se pretende es generar nuevas maneras de relacionarse con dichos síntomas, desarrollando flexibilidad psicológica de modo que la persona pueda seguir avanzando en lo que considere importante para ella, la cual conllevará multitud de emociones, pensamientos y sensaciones, más o menos agradables, como parte del camino en la vida que cada persona considere que merece la pena vivir. Este es un ingrediente central en las terapias de tercera generación, y curiosamente, se ha demostrado que practicando la aceptación y flexibilidad psicológica gran parte de los síntomas suelen disminuir y/o desaparecer.

La cara opuesta a la flexibilidad psicológica sería lo que se conoce como evitación experiencial, entendida como tendencia a evitar eventos privados como emociones, recuerdos, pensamientos, sensaciones… que puedan resultar molestos o desagradables, los cuales de por sí no llegan a ser más que eso, eventos privados transitorios y molestos, si bien la manera de afrontarlo descrita como evitación experiencial, suele ser lo realmente problemático cuando la persona centra sus energías en evitar tener dicha molestia, poniendo su vida al servicio precisamente de ella, en lugar de orientarse hacia lo que considera realmente importante.

La idea subyacente a las terapias de tercera generación es en gran parte la misma que en el conductismo, con el añadido de que el avance científico ha demostrado que gran parte de las conductas problemáticas suele surgir a la hora de evitar eventos privados (emociones, recuerdos…) no deseados, de modo que la persona desvía sus esfuerzos de aquello importante para ella, para centrarlos en dicha evitación, restringiendo así su vida en muchos aspectos.

Imagenes: Freepik.com

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Joan Rullan Pou

Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.

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