¿Qué es la comunicación asertiva? Descubre esta técnica y habilidad personal
La comunicación asertiva es aquella en que se expresan opiniones, ideas y emociones de manera firme, respetándose a uno mismo y a las personas con quien se está interactuando. En otras palabras, ser asertivo significa ser capaz de defender los propios derechos, deseos o necesidades sin faltar a los demás.
Algunas características de las personas con una buena asertividad son el darse permiso para participar en las interacciones sociales cuando se cree conveniente, poder conectar con los demás sin quedarse atrás ni pretender invadir en exceso el espacio de interacción, o el saber decir no cuando algo no le conviene.
Muchas personas encuentran dificultades a la hora de expresarse desde la asertividad, a la hora de decir “no” por ejemplo, o de pedir lo que se necesita. La comunicación asertiva se puede entrenar como cualquier otra habilidad, por lo que al final de este artículo podrás encontrar maneras de mejorarla como pueden ser las dinámicas asertividad.
¿Qué es la comunicación asertiva?
Indice
La comunicación asertiva es un estilo comunicativo directo y honesto en el que se transmiten nuestras opiniones, necesidades, estados emocionales, miedos o deseos. Este compartir nuestro punto de vista se realiza al mismo tiempo que se hace sentir respetada la posición de los demás.
Las personas asertivas suelen mantener también un contacto visual directo y nivel de voz conversacional calmado y fluido. Emplean mensajes en primera persona desde la honestidad, transmitiendo confianza en su gesticulación.
Si bien es cierto que nunca se puede controlar la reacción que vamos a tener en la otra persona, en la comunicación asertiva sí que hay una intención de cuidado y respeto por el otro. En este sentido la asertividad implica reconocerse a uno mismo y a los demás como personas dignas de consideración y respeto. Se trata, por lo tanto, de respetar al otro pero sin dejar de respetarse a uno mismo a la hora de comunicarnos.
Características de la comunicación asertiva
Para comprender mejor las características de la comunicación asertiva, puede ser interesante diferenciarlo de sus alternativas, ya que a a grandes rasgos existen 3 estilos comunicativos; el pasivo, el asertivo y el agresivo.
Estilo de comunicación pasivo
El estilo de comunicación pasivo es aquel en el que la persona no asume su responsabilidad en el intercambio comunicativo, dejándose llevar por los demás. Son personas a las que les resulta difícil comunicar y defender su punto de vista, por lo que, por tal de evitar el conflicto, ceden a la voluntad de los demás.
Estilo de comunicación agresivo
En el otro polo encontramos el estilo de comunicación agresivo, caracterizado por una actitud dominante con la que se pretende hacer prevalecer nuestro punto de vista sobre el resto. En este tipo de comunicación, no se tiene en cuenta el cuidado o respeto de los interlocutores y sus intereses. Suele tener efectos contraproducentes, ya que las otras personas al sentirse vulneradas suelen responder también a la defensiva, dificultando conseguir lo que queríamos de ellas.
Estilo de comunicación asertivo
La comunicación asertiva, por lo tanto, se caracteriza por tener un componente activo, de responsabilizarse de la interacción, teniendo en cuenta los intereses propios y ajenos. Curiosamente, así se promueve que se cree un clima en el que nuestros intereses también van a ser acogidos respetuosamente.
De modo que podemos concluir que las características de la comunicación asertiva son las siguientes:
- Respetar los derechos individuales y de los demás
- Actitud proactiva en el intercambio comunicativo
- Expresión de opiniones, emociones, intereses… De forma clara y directa
- Hablar en primera persona de lo que se siente, sin culpar o juzgar a los demás
- Decir que no, o preguntar cuando se necesita más información
Técnicas y consejos para practicar la asertividad
Como si de un músculo se tratase, la asertividad es una habilidad que puede ser fortalecida y entrenada. Probablemente, al principio cueste más, y con el tiempo vaya siendo más fácil ponerla en práctica en multitud de situaciones, hasta convertirla en un hábito.
Ser consciente de lo que sientes
Un primer paso imprescindible para empezar a mejorar tu comunicación asertiva es aprender a notar qué sientes en esas situaciones en que no te comunicas como te gustaría: Qué pensamientos, emociones… Aparecen cuando te gustaría decir “no”, qué otros aparecen cuando quieres pedir algo, ¿Tal vez miedo a que se enfaden contigo?
Validar lo que piensas y sientes
Muchas veces las dificultades para comunicar intereses, lo que sientes… Se debe a que, de algún modo, no estás seguro de si eso que quieres o sientes está bien o no. En este punto, es interesante validarte a ti mismo, y actuar confiando deliberadamente en que eso que sientes y piensas es legítimo.
Prepararte lo que vas a decir asertivamente
En fases iniciales puede facilitar este proceso de aprendizaje el hecho de prepararte qué vas a decir, cuándo y a quién. De modo que cuando aparezcan las dudas, los miedos… Tengas una referencia a la que volver y hacer eso que tenías planeado.
Practicar Mindfulness
Como vemos muchas veces son estas experiencias internas como la ansiedad lo que dificulta que actúes de forma asertiva. Es por ello que puede ser interesante aprender a practicar Mindfulness para saber estar con estos pensamientos y emociones sin que te descentren de lo que quieres hacer en cada momento.
Coraje y paciencia para aprender a comunicar con asertividad
Aprender a tener un estilo de comunicación asertiva decíamos que es como un entrenamiento, y, por lo tanto, no se logra en un día. Mantener una perspectiva a largo plazo, sabiendo que los momentos difíciles tienen un sentido, y enfocarse en el ir mejorando, más que en hacerlo perfecto a la primera, te ayudará a mantenerte en el camino de desarrollar esta habilidad.
Ventajas de ser asertivo
Dado que los humanos somos seres sociales, gran parte de nuestra calidad de vida y capacidad de disfrute depende de cómo estamos con los demás. La comunicación asertiva facilita unas relaciones óptimas, permitiendo que las personas puedan:
- Sentirse a gusto con los demás, respetado y respetando sus intereses.
- Sentirse satisfecho y poder disfrutar de las relaciones interpersonales
- Solucionar conflictos yendo a la solución y no a la culpabilidad o ataques personales.
- Crear confianza en las personas con que interactúa.
- Ayuda a diferenciar los intereses personales de los depositados por terceros, para tomar decisiones acordes a lo que uno realmente quiere.
- Capacidad para actuar con determinación en base a lo valioso para uno.
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Joan Rullan Pou
Psicólogo experto en Terapias Contextuales. Apasionado del desarrollo científico en Psicología. Si te sientes identificado con nuestros artículos, no dudes en contactarnos.